La crisis del Note 7 ha acelerado los planes para traer lo antes
posible a un sucesor digno. Pero, antes de lograrlo, hay que resolver el
problema de las baterías que se incendiaban, cuya razón aún se desconoce. Pero
Samsung no tira la toalla en el mundo de la telefonía móvil inteligentes pese a
este tropiezo. El programa anunciado por el gigante de la tecnología surcoreano
para ofrecer futuros terminales ha desvelado, sin querer queriendo, que trabaja
para promover un Note 8.
En un comunicado, Samsung ha asegurado que los compradores
del fallido Note 7 podrán negociar para adquirir en un futuro bien un Galaxy S8
-su próximo buque insignia que se espera para marzo- o bien un Note 8, nueva
versión del terminal formato «phablet que tuvo que ser retirado del mercado a
consecuencia de registrarse fallos en masa de sus baterías.
Sin embargo, esta situación aún sin resolver puede postergar
el desarrollo del Galaxy S8 y no estar finalmente listo para su presentación
mundial prevista según los analistas para la feria Mobile World Congress de
Barcelona de marzo. Se desconocen las verdaderas causas de las igniciones del
Note 7. En un principio se pensó que se trataba de una partida de baterías
defectuosas, pero al no solucionarse con la reposición de las mismas, las
hipótesis apuntan ahora a un fallo en el sistema de carga rápida o incluso un
diseño mal estructurado en la curvatura del terminal que puede producir un
sobrecalentamiento.
En un intento por retener a los clientes, la firma surcoreana
asegura que podrán optar por adquirir sus próximos lanzamientos previstos para 2017 a través de un programa
de actualización. Por ahora, los compradores afectados en Corea del Sur ya han
recibido incentivos para la sustitución de sus Note 7. En principio, los
usuarios deberán desembolsar únicamente la mitad del precio de un dispositivo
Galaxy S7 en lugar de la cantidad total antes de intercambiar por el futuro
Galaxy S8 o el Note 8, aunque se desconoce si esta opción se extenderá al resto
de mercados.
De esta forma, y al ofrecer la opción de actualización a un
supuesto Nota 8, Samsung ha revelado de forma indirecta que la serie Note no
será descontinuado como se esperaba en un principio dada la trascendencia y
repercusión económica sufrida a consecuencia del fiasco del Note 7. De esta
manera, se juega a todo y nada esta gama que apareció en 2011 por primera vez y
que cautivó rápidamente a los usuarios obligando a reaccionar a los fabricantes
de dispositivos.
Lo que ha tratado de lograr Samsung en las últimas semanas
ha sido intensificar la comercialización de sus teléfonos de la gama Galaxy S
para intentar compensar las ventas perdidas, ya que la retirada del mercado del
«phablet» puede constarle unos 5.000 millones de dólares entre el tercer trimestre
de este año y el primer trimestre de 2017.
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