Saben dónde vives, qué lugares frecuentas, quién y cómo eres
y lo que piensas, lo saben todo de ti". Esta podría ser la frase principal
del anuncio de una organización en defensa de la intimidad del usuario frente a
los abusos de las empresas de tecnología. Desde Facebook a Google, en un
momento u otro, a la mayoría se les ha acusado de almacenar datos privados para
usarlos en su propio interés. La última compañía fue Apple que, según
descubrieron investigadores británicos, guardaba en sus iPhone información
sobre las rutas y ubicaciones del usuario por un tiempo demasiado largo. Esto
obligó a la empresa a modificar los ajustes de localización en los teléfonos y
dar la opción a los usuarios a que la desactiven. Pero, sin estos datos,
difícilmente muchas de las empresas serían capaces de dar un buen servicio.
¿Cómo debemos enfocar la geolocalización en el móvil: como un peligro o como
una utilidad?
El caso de Apple
El año pasado un grupo de investigadores y analistas
tecnológicos británicos acusó a Apple de guardar durante un tiempo excesivo
(según la ley no puede ser superior a un mes) datos de la localización de los
usuarios de los iPhone y las rutas que siguen. Al parecer, la intención era
guardarlos en un archivo oculto del teléfono llamado
"consolidated.db", que luego se traspasa al ordenador, al conectar el
teléfono con este o vía iCloud, y de ahí al programa que lo controla, iTunes,
que a su vez lo enviaría a Apple.
La compañía negó en abril de 2011 que la información fuera
cierta, pero al final acabó por reconocer que esta operación se desarrollaba
así. No obstante, aseguró que la idea no era sacar partido económico de los
datos privados ni venderlos a terceros.
Por otro lado, los investigadores pusieron en evidencia que
el tipo de archivo que guardaba esos datos tiene un nivel de seguridad muy bajo
al no usar ningún modelo de cifrado de la información. Apple lanzó una nueva
actualización del sistema operativo iOS, la 4.3.3, que solucionaba este
problema, al reducir el tiempo de almacenado de los datos y usar un protocolo
de cifrado de la información geolocalizada del usuario. Esta nueva
actualización permitía que el dueño de un iPhone pudiera bloquear la
información geolocalizada sobre él, con solo desactivar en el apartado de
"Ajustes" el subapartado de "Localización".
Otras compañías que han reconocido usar o almacenar los
datos de localización son Google -que sustenta el sistema operativo Android- y
Microsoft, con Windows Phone. Esta última empresa ha confesado que recoge los
datos de forma personal, lo que puede implicar que tenga que sentarse en el
banquillo de los acusados en Estados Unidos.
De momento, ni Google ni Microsoft han anunciado medidas
para suspender esta actividad. Ambos han tenido en el pasado problemas con la
recopilación de datos privados sin que el usuario hubiera facilitado su
permiso. En el caso de Microsoft, fue su sistema Micrososft Passport, que
centralizaba la información de las claves de acceso a los servicios del usuario
en los servidores de la compañía. Frente a este modelo se impuso el sistema
OpenID. Para Google, la polémica llegó con la acusación en 2010 de recopilar
los datos de las redes wifi de particulares, al elaborar su sistema de mapas
Street View. La empresa tuvo que responder a demandas en varios países e,
incluso, retirarse de algunos de ellos, como Alemania.
¿Utilidad o peligro?
Los investigadores británicos, y por extensión las numerosas
asociaciones a favor de regular el uso que las empresas tecnológicas hacen de
los datos privados, han destacado el evidente peligro de que estos datos caigan
en manos de ciberdelincuentes o gobiernos que no respetan los derechos
individuales ni humanos y hasta de organizaciones terroristas. La información
íntima geolocalizada es demasiado sensible como para moverse por la Red sin cifrado y sin permiso
del usuario, según destacan. Lo cierto es que los móviles, con GPS o sin él,
pueden rastrearse con facilidad por grupos equipados, como la policía, las
organizaciones sofisticadas o los servicios secretos. Importantes analistas han
destacado los peligros para la intimidad cuando se depende demasiado del móvil.
Sin embargo, el GPS dota al móvil de numerosas virtudes y
posibilidades como herramienta comercial e informativa. Un móvil con
geolocalización activada permite que podamos consultar según nuestra posición
la ubicación de un servicio cercano, un restaurante atractivo y recomendado por
otros usuarios o la ruta más corta para llegar a una determinada calle. También
posibilita ver imágenes de lugares concretos, e incluso, en el futuro se
recibirán ofertas de servicios según dónde estemos ubicados.
Todas estas funciones las prestan servicios y plataformas
que optimizan el uso del GPS, por lo que necesitan que tanto el iPhone como los
teléfonos que funcionan con Android, WP7 o cualquier otro sistema operativo
tengan activada la función de "Localización".
Los expertos opinan respecto a la polémica con Apple que
todo servicio debe contar con la aprobación del usuario y que, en realidad,
muchas aplicaciones del iPhone le piden permiso para activar el GPS y recopilar
sus datos antes de iniciar la sesión. Al final, son los usuarios quienes
deciden si quieren revelar esos datos o no, o así debería ser, y han de ser
conscientes de que no permitirlo limita las utilidades del teléfono.
Algunos servicios que
usan la geolocalización en el móvil
Foursquare. En esta red social de gran éxito, casi exclusiva para el
móvil, se recomiendan sitios y negocios y se fija su posición en un mapa al que
tienen acceso los demás miembros. Si se tiene activado el posicionamiento y se
viaja por una ciudad, se reciben sugerencias según el lugar donde se esté.
Google Maps. Los mapas de Google para los móviles son muy útiles en
combinación con el GPS, pero sin la posición del usuario no pueden indicar el
modo de llegar a un determinado lugar.
Google Latitude. Es un intento de Google, con poco éxito, por hacer una red
similar a Foursquare.
Facebook Lugares. La competencia de Foursquare que ha lanzado Facebook en
Estados Unidos da ofertas de locales y servicios en función de la posición en
el mapa.
Instagram. Consiste en una red de fotografías instantáneas que cobran
mayor valor si están geoposicionadas.
Thropons. Este servicio de grupos de compra es incipiente en Estados
Unidos y ofrece sus bonos en el móvil según la ubicación del usuario.
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