Probablemente ya sabes que a partir del primer día del mes de marzo, Google activará una nueva política de privacidad, unificada a través de todos sus servicios. La nueva política se aplica tanto a los datos ya recolectados como a los que serán registrados desde el 1 de marzo. A través del motor de búsqueda, un usuario puede exponer algunos gustos y preferencias que tal vez prefiera mantener en un marco más privado, y apartado de otros servicios. Por lo tanto, si no deseas que el historial Web influya en el funcionamiento de otros servicios de Google, tienes la opción de borrarlo, o incluso desactivarlo por completo.
Las políticas de privacidad han sido, son, y serán un tema delicado. Con una Web cada vez más abierta y dinámica, con usuarios que cada vez comparten más información en ella, y con servicios y portales que compiten duramente en un mercado agresivo y cambiante, la posibilidad de un error o de ir más allá de lo que se considera “correcto” siempre está presente. En algún momento de su existencia, todo gigante de la industria ha tenido algún roce más complicado de lo normal con los usuarios debido a sus políticas de privacidad. Por esa razón, cuando se anuncian cambios importantes en ellas, la delicadeza y la disponibilidad de información se convierten en factores críticos.
Google ha informado de que aplicará nuevas políticas a partir del 1 de marzo. Este aviso llegó de forma bastante anticipada y con la suficiente exposición (algo correcto a mi parecer), pero de todas maneras se esperan ajustes y discusiones adicionales.
Básicamente, lo que Google busca es relacionar de forma más estrecha a sus servicios, optimizando la experiencia del usuario sobre ellos. En la teoría parece una buena idea, pero al mismo tiempo, mantener las cosas separadas no es algo precisamente malo que digamos. La explicación es sencilla: Lo que consultas en el buscador no es lo mismo que publicas en Google+, o que envías por correo a través de Gmail. Tal vez no deseas que el historial de búsqueda se vea reflejado en otros servicios, y en el caso de que aquí sea, existen caminos oficiales para impedir esto, al menos parcialmente. El primero es purgar el historial Web. El paso inicial consiste en ingresar a Google con tu cuenta. Luego vas a https://google.com/history, y una vez allí solicitas que se elimine todo el historial Web. Al hacerlo, también colocas en pausa su funcionamiento.
Ahora, si deseas realizar una eliminación más avanzada, puedes quitar el historial Web por completo. Dentro de tu cuenta, deberás ir a la sección de Productos, y hacer clic sobre el pequeño enlace “Editar”. Allí encontrarás varias opciones, desde la eliminación de Gmail hasta la desactivación completa de tu cuenta, pero también deberías encontrar una opción para eliminar permanentemente al historial. Haz clic allí, confirma la operación, y eso será todo. Para finalizar, no debes olvidar que Google seguirá registrando otros parámetros que no están asociados directamente al historial de búsqueda, que conservará parte de los datos por cierto tiempo, y que los compartirá con las autoridades en caso de ser requerido por las mismas. Si posees más de una cuenta de Google, no olvides hacer esto en cada una de ellas.
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