La NASA ha retrasado unas horas la previsión de caída para el satélite que debía impactar este viernes en la Tierra, por un «cambio en su orientación o configuración» que ralentiza su descenso.
Inicialmente la agencia espacial estadounidense calculaba que el impacto podía producirse durante la tarde de hoy hora del este de EEUU (seis horas más tarde en España), pero ahora cree que podría retrasarse incluso hasta la mañana del sábado en ese huso horario.
Mediante su página oficial en Twitter, la misión UARS centra la atención de la caída del satélite en Canadá y el Estado de Washington, asegurando que sobre las 04.04 horas GMT se efectuará la caída.
No obstante, la NASA asegura que la posibilidad de que esto ocurra es «baja» e insiste en que el riesgo de que los restos del ingenio espacial caigan sobre una persona es «extremadamente pequeño».
La actividad solar, el factor que adelantó el reingreso del satélite previsto en principio para finales de septiembre o principios de octubre, ya no es determinante en la velocidad de caída del satélite.
La agencia espacial dijo además que todavía es demasiado pronto para predecir con certeza el momento y el lugar de la caída del satélite.
Los científicos calculan que el satélite se despedazará al entrar en la atmósfera y que al menos 26 grandes piezas del artefactosobrevivirán las altas temperaturas del reingreso y caerán sobre la Tierra.
La probabilidad de que alguno de los restos del satélite de Investigación de la Alta Atmósfera (UARS), que pesa 5.675 kilogramos, alcance a una persona es muy remota según la agencia espacial estadounidense, que la cifra en una entre 3.200.
De hecho, la agencia asegura que desde el comienzo de la era espacial no ha habido ningún caso en el que haya resultado herida una persona por un objeto espacial durante la maniobra de reingreso.
En el caso de que los restos del satélite caigan en un área poblada o cerca de una, las Fuerzas Armadas de EEUU advierten que los ciudadanos no deben tocar estas piezas, sino avisar del hallazgo a las autoridades.
Además de las razones de seguridad, los ciudadanos no deben tocar los restos porque estos son propiedad del Gobierno de EE.UU., de manera que, insisten las autoridades, «no pueden venderse a coleccionistas ni a través de la página eBay».
El transbordador «Discovery» transportó en 1991 este satélite de seis toneladas diseñado para medir los cambios atmosféricos y los efectos de la contaminación. El satélite emprendió su camino de regreso a la Tierra hace seis años.
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