La multinacional japonesa
de productos electrónicos Sony dejará de producir las cintas Betamax.
Así lo anunció la compañía
este martes, y con ello dio por acabada toda una era.
Y es que durante años este
formato analógico permitió a las familias grabar programas de televisión para
verlas después.
Fue el líder del mercado
hasta que perdió cuota ante un fuerte competidor, el VHS.
Y aunque fue derrotado en
esa batalla, ganó otra: una cruenta guerra en los tribunales contra los
gigantes Universal y Disney, quienes lo acusaban de infringir los derechos de
autor de películas y programas.
Gracias a ello su caso, el
caso Betamax, se estudió durante años en las facultades de derecho de todo el
mundo.
La guerra con el VHS
Sony introdujo el Betamax
al mercado en 1975, como la alternativa para video del clásico casete compacto
de audio de Phillips.
Heredó los detalles de
diseño de dos formatos anteriores, la videograbadora de Sony y el U-Matic, de
uso profesional.
Era un cartucho de
plástico de 16 x 9,6 x 2,5 centímetros y alojaba una cinta de 12,65 milímetros
de ancho y 150 metros de longitud.
El cartucho alojaba una
cinta de 12,65 milímetros de ancho y 150 metros de longitud que permitía una
hora de grabación.
El producto de Sony tuvo
el mercado de la videograbación solo para él durante casi un año, hasta que JVC
y Matsushita (Panasonic) lanzaron el VHS.
Con ello inició una guerra
entre ambos formatos, que terminó perdiendo Sony.
En ello fue crucial la
diferencia de tiempo de grabación que una y otra ofrecían: una hora Betamax y
el doble, dos, VHS.
Y eso que Betamax era más
pequeño que el casete de la competencia, su cinta tenía mayor resolución y
ofrecía mejor calidad de sonido.
Aunque los expertos
señalan que también tuvo que ver que Sony nunca dejó su licencia, para no
sacrificar sus ganancias por ella, mientras que JVS autorizó que otras empresas
utilizaran su tecnología.
Así, para 1984 solo 12
compañías fabricaban aparatos compatibles con Betamax, mientras había 40
fabricantes de reproductores VHS.
Como consecuencia, ese
mismo año Sony vendió 2,3 millones de unidades de su cinta para video y JVC
tres veces esa cantidad.
La batalla con Universal y
Disney
Hubo otro factor que hizo
que Betamax empezara a perder cuota de mercado.
En 1979 Universal Studios
y The Walt Disney Company acusaron a Sony de infringir con Betamax el derecho
de copia de los programas de televisión y de películas.
El poderoso estudio
cinematográfico y la segunda compañía de medios de comunicación y
entretenimiento más grande del mundo temían que la posibilidad de grabar
contenidos con derechos de autor acabara con el cine para siempre.
Pero cinco años después,
el 17 de enero de 1984 la Corte Suprema de Estados Unidos le dio la razón a
Sony.
El máximo tribunal del
país consideró que grabar contenidos para verlos después de forma privada
cumplía con el uso que permitía la ley de protección de la propiedad
intelectual de la época.
El temor de ambas
compañías era que grabar contenidos con derecho de autor terminaría con el
cine, algo que se replicó en la industria de la música.
Y también concluyó que si
había que ampliar las limitaciones que establecía dicha regulación, no le
correspondía a la Corte Suprema hacerlo.
BBC MUNDO
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