Un
profesor universitario de origen chino fue detenido el pasado sábado nada más
llegar al aeropuerto de Los Ángeles, California, en el marco de una operación
federal contra el espionaje industrial que revela las tácticas de China para
robar ideas en el mundo de Silicon Valley. Hao Zhang, de 36 años, profesor de
la Universidad de Tiajin, formaba parte de una trama que "utilizaba su
acceso a tecnología sensible para obtener secretos comerciales de EE UU y
compartirlos con China para lograr ventaja comercial". En la investigación
hecha pública este martes, el FBI acusa de 32 delitos a un total de seis
personas. Las otras cinco están en China.
Los
seis estaban coordinados para robar información de dos empresas, Avago
Technologies en Silicon Valley y Skyworks Solutions en Massachusetts. Ambas son
punteras en el desarrollo de una tecnología clave llamada FBAR, necesaria para
la limpieza de ruido en las telecomunicaciones. Esta tecnología filtra las
señales de radiofrecuencia para que solo entren y salgan las señales que quiere
el usuario. Tiene aplicaciones tanto en el ámbito de los móviles como en la
tecnología militar. Los acusados pasaron la información a la Universidad de
Tiajin, una de las más antiguas de China. Después, a través de una empresa
ligada a este centro, ROFS Microsystems, producían y vendían productos de
primer nivel usando esa tecnología robada en dos de las empresas punteras de EE.UU.
en este segmento.
Según
la investigación, los dos actores principales de la trama, el profesor Wei Pang
y el ya mencionado Zhang, se conocieron estudiando un doctorado en ingeniería
eléctrica en la Universidad del Sur de California (USC) y después consiguieron
trabajo en Avao y Skyworks, respectivamente. Pang y Zhang trazaron un plan para
desarrollar por su cuenta en China la tecnología puntera a la que tenían acceso
en estas empresas. Tras ponerse de acuerdo con responsables de la Universidad
de Tiajin, ambos dejaron sus trabajos para convertirse en profesores allí en
2009. Los papeles del FBI aseguran que la trama robó diseños, códigos,
especificaciones, presentaciones y otros documentos clasificados como
confidenciales y se los pasaron a sus cómplices en la universidad para montar
la empresa.
Los
seis investigados son tres responsables de la empresa ROFS Microsystems y tres
profesores de la universidad. En total, el FBI les imputa un cargo de
"conspiración para cometer espionaje económico", otro de
"conspiración para robar secretos", 15 cargos de "espionaje
económico" y otros 15 de "robo de secretos comerciales". Las
penas pueden superar los 50 años de cárcel.
"Como
demuestra el caso de hoy, la tecnología sensible desarrollada por compañías de
EE.UU. en Silicon Valley y en todo California sigue siendo vulnerable ante los
intentos complejos y coordinados de gobiernos extranjeros por robarla",
dice la fiscal federal Melinda Haag en la nota del FBI.
El
anuncio de la investigación llega en un momento de especial actividad
diplomática entre China y EE UU. El secretario de Estado, John Kerry, estuvo el
pasado fin de semana en Pekín preparando una visita del presidente Xi Jinping a
Estados Unidos a finales de año. El espionaje industrial es una de las principales
fuentes de tensión diplomática entre ambos países.
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