Aunque
buena parte de la prensa suele focalizarse, durante el Congreso Mundial de
Móviles que terminó ayer en esta ciudad, en los anuncios de teléfonos,
tabletas, relojes inteligentes y otros dispositivos, en la mayor feria de
telecomunicaciones del mundo siempre es bueno atender a lo que hablan los
proveedores de infraestructura.
No
es porque sea fascinante conocer los detalles de un protocolo de comunicaciones
o un nuevo tipo de celda: es porque adelantan lo que vendrá en términos de
conectividad, sin la cual la informática moderna casi no tiene sentido.
Aquí,
todos los proveedores de infraestructura de redes hablan del 5G, la quinta
generación de telefonía móvil. Las primeras pruebas se harán en 2018 (en el
Mundial de Fútbol) apuntando a una disponibilidad generalizada a partir de 2020
(como marco de los Juegos Olímpicos de Tokio). Esto, para los tiempos de
planificación de estas compañías, es mañana, porque hay que definir estándares,
licitar espectro, etcétera.
A
la vez, varios fabricantes y operadoras sugieren que el 4G tiene cuerda para
rato, y que para muchos usuarios será una alternativa más que suficiente. .
En
la feria varias compañías presentaron tecnologías que involucran algo
denominado 4.5G (aunque es sólo un término marketinero y no estándar
internacional) que exprime el rendimiento de las redes LTE actuales para darle
más rendimiento. De hecho, Huawei presentó toda una línea de equipamiento para
4.5G, que en rigor implementa varios elementos del 4G para aprovechar todo lo
que puede dar LTE.
Telefónica, por ejemplo, es una de las
operadoras que está experimentando con algo llamado carrier aggregation que
aprovecha portadoras de conexión momentáneamente en desuso en una celda
particular para lograr descargas de hasta 375 Mbps con un smartphone
convencional (que tiene que ser compatible con este "truco"; la
mayoría de los smartphone de alta gama moderno lo son para dos canales (300
Mbps teóricos); los más nuevos, como el Galaxy S6, ya son Cat9, que aprovechan
tres canales para tener todavía más ancho de banda.
Telefónica
estuvo mostrando también una solución llamada LTE in a Box, que crea redes
celulares privadas (para empresas) con pequeñas celdas que dan servicio a un
edificio (una fábrica, oficinas) y permiten reemplazar una red interna de
teléfonos y de conexiones a Internet por smartphones y antenas LTE; para los
empleados el salto entre la red pública y la corporativa es transparente.
Así,
todavía hay vida para el 4G, aunque como explica Enrique Blanco, CTO de
Telefónica, eso tiene un límite: el tráfico en redes móviles está creciendo, en
promedio, a un 50% anual. Pero con herramientas como las del carrier
aggregation Blanco cree que el salto a 5G será más bien gradual y transparente
para el usuario.
Otro
dato: hoy la transmisión de video se lleva el 45% de la capacidad de Internet,
y ese tráfico crecerá 8 veces en el próximo lustro, según Ericsson.
CINCO AÑOS PARA EL 5G
La
Unión Internacional de Telecomunicaciones todavía no definió el estándar de 5G,
pero en la industria concuerdan en algo: ofrecerá un ancho de banda fenomenal.
Las primeras pruebas de laboratorio han logrado conexiones de entre 5 a 7,5
Gbps (aunque en la calle será un número mucho menor).
Hans
Verstberg, CEO de Ericsson, durante su presentación en el Congreso Mundial de
Móviles. Foto: Reuters
Si
el 4G (LTE) ya era una alternativa para la banda ancha fija, el 5G será todavía
más competitivo por su mayor capacidad y mejor utilización del espectro.
Y
tendrá una latencia cercana a 1 milisegundo. ¿Qué significa esto? Que la demora
entre el pedido de datos y su recepción es mínima, un elemento fundamental para
una tecnología que ya no está pensada para las comunicaciones móviles
convencionales sino para, por ejemplo, abastecer de información a un auto
autónomo, que requiere datos al instante para no chocar, o controlar un robot
que está haciendo una operación quirúrgica al instante.
Todo
esto, al tiempo que esa misma red soporta las demandas de streaming de video en
4K, el constante goteo de datos de los millones y millones de dispositivos que
dan vida a la Internet de las cosas y, claro, las llamadas, que serán un
servicio más dentro de la red. Enviar las llamadas como un dato más ya se puede
hacer en 4G, pero requiere terminales (y redes) compatibles con el estándar
VoLTE.
En
la feria Ericsson tenía una excavadora controlada a distancia (en Suecia) por
una red 5G experimental; aquí se hablaba también de videollamadas holográficas,
de transmisiones de video en 8K y más. Todos coinciden en que la mayor parte de
la tecnología para lograr esto está lista o lo estará antes de la próxima
década.
Pero
hay algo más: 5G está pensado como un conjunto de tecnologías, con diferentes
ventajas y limitaciones (en términos de ancho de banda, cobertura,
requerimientos de energía) por lo que hablar de un único 5G es equívoco. De
hecho, la industria todavía no decide si habrá un nuevo estándar aéreo (como
antes fue WCDMA o LTE), entre otras cosas porque están buscando una frecuencia
que esté libre en todo el planeta, para evitar la fragmentación que han sufrido
las tecnologías anteriores.
Si
aquí esperan su difusión a partir de 2020: ¿cuánto tardará en llegar a América
latina? Para Jesper Rhode Anderson, gerente de marketing para América latina de
Ericsson (mayor fabricante de infraestructura de redes del mundo), y más allá
de algún caso puntual, lo hará al mismo tiempo que en el resto del mundo: la
implementación de las diferentes tecnologías (2G, 3G, 4G) ha ido acortando la
brecha temporal que había entre Europa y la región; no es un dato menor que
América latina es, en este punto, una de las regiones con mayor crecimiento en
conexiones.
La
enorme mayoría de los fabricantes y operadoras consideran que 5G será,
finalmente, la tecnología que ofrezca un servicio similar al de otras
infraestructuras básicas como la telefonía fija o el agua: omnipresente y sin
interrupciones, una promesa a la que el 4G se acerca pero que todavía no ha
cumplido por completo..
0 Response to "Sin agotar el 4G, la industria ya planea el 5G"
Publicar un comentario